miércoles, 19 de septiembre de 2012

Paréntesis.


Hablemos de ella, como si ella no fuera yo.

De cómo le tiene miedo al amor, pero no a toda clase de amor,  a tu amor, a que la lastimes, a quedar mal.
Hablemos de ella, para dejarla escapar.
Así sus palabras no te perjudicarán, ni sentirás que te lo dice mal.
Hablemos de ella no para dejarla huir, sino para que escape un poco y aclare su mente.
Le teme a los encierros y ha pasado muchos dentro de mi cabeza.
Hablemos de cómo odia pensarte, o pensar a veces en todo.
Hablemos de su fobia por la duda y de cómo cualquier muestra de ésta la hace retroceder los pocos pasos que ya había recorrido.
Hablemos de que tal vez no sabe lo que quiere y de que sabe que eso te desespera.
Hablemos de que nunca será de esas personas seguras, al menos no en esto.
Ella siempre buscará la manera de que le hagas saber que la quieres, de sentirse especial.
Y hablemos aún mas de sus idas y venidas de ese lugar lejos de este planeta que la mantiene soñando.
De las construcciones de lugares imaginarios que hace con su cabello y en donde se imagina feliz con alguien. Y se enmaraña, jamás se peina, porque le tiene que hacer honor a sus sentimientos, enredados y confusos.
Ella es incomprensible para ti, para muchos.
Hablemos de que nunca va a dejar que nadie se acerque lo suficiente para habitar ese bello lugar junto a ella hasta que se lo hayan ganado.
Hablemos de que tal vez te desesperarás y no la comprenderás.
Ella lo sabe y no quiere lastimarte, muchos se han ido, ya está acostumbrada.

Hablemos de que ella quisiera que te quisieras quedar.
Hablemos de que yo quisiera que te quedaras.

miércoles, 25 de julio de 2012

Episodios II

Ningún episodio esta condenado a seguir siendo un para siempre un episodio, por que cualquier acontecimiento, aún el más insignificante, esconde dentro de sí la posibilidad de llegar a ser antes o después la causa de otros acontecimientos y convertirse así en una historia. Los episodios son como minas. La mayoría nunca explota, pero precisamente el menos llamativo de ellos se convierte un buen día en una historia que resulta extraordinaria. Va por la calle una mujer que desde lejos lo mira con una mirada que le parecerá un tanto alocada. Cuando se detiene y dice: "¿Eres tu?¡Llevo tanto tiempo buscándote!" y lo abraza. Es aquella joven que cayó desmayada en sus brazos cuando iba en busca del amor de su vida, con la persona que mientras tanto se casó. Pero la joven que de pronto le encontró en el transporte ha decidido enamorarse de su salvador y considerar aquel encuentro como una orden del destino. Le llamará cinco veces al día por teléfono, le escribirá cartas, visitará a su esposa y le explicará que lo ama desde hace tiempo, el amor de su vida perderá la paciencia y se marchará. Para escapar de la joven enamorada se ira a vivir a lado del mar, donde dejará todo atrás. Si nuestras vidas fueran infinitas, el concepto de episodio perdería sentido, porque en lo infinito cualquier acontecimiento, aun en más insignificante, encontraría su consecuencia y se desarrollaría hasta formar una historia. 

viernes, 11 de mayo de 2012

Episodios I

Aristóteles no le gustan los episodios. De todos los acontecimientos, según el, los peores son los acontecimientos episodicos. El episodio no es ni una consecuencia indispensable de lo que antecedía ni la causa de lo que seguiría, se halla fuera de la cadena casual de los acontecimientos que forman una historia. Es una simple casualidad estéril, que puede ser suprimida sin que la historia pierda pierda su ligazón comprensible, y además no es capaz de dejar huella duradera en la vida de las personas. Van ustedes en metro al encuentro de la persona de su vida y, un momento antes de la parada en la que han de bajar, una joven desconocida, en la que no se habían fijado (ya que iban a encontrarse con la persona de su vida y no pensaban en nada mas) sufre un repentino desmayo y cae al suelo. Como están a su lado, la sujetan y la sostienen en sus brazos hasta que ella abre los ojos, segundos después. La sientan en un lugar que alguien deja para ella y, como en ese momento el tren empieza a frenar, se separan de ella con impaciencia para bajar y correr tras la persona de su vida. En ese momento la joven que tenia en sus brazos fue olvidada. Esta historia es un típico episodio. La vida esta llena de episodios, como un colchón lo esta de lana, pero nosotros no somos un tapicero y debemos eliminar todos estos rellenos de nuestra historia, aunque en la vida real no se componga precisamente mas que de rellenos como este. Yo estoy segura de que nadie puede garantizar que un acontecimiento completamente episódico no lleve dentro de si, una fuerza que haga de forma inesperada en la causa de otros acontecimientos.